domingo, 18 de marzo de 2012

Marte entra en tu casa...

Siento al ser que por no ser pierdo el alma.
Que a tu lado siento frío, que hasta lo hondo me alcanzas.
Tengo miedo de perder, lo que se consigue en toda una vida,
que se airee lo que con plomo fundí, que lo pierda por no saber discernir
entre lo que es mejor, para mí, y lo que mi corazón indaga.
Siendo Marte un luchador, que con sangre se aplaca,
tengo sangre para dar, viértela con la espada.
Tus latidos en mis sienes, tu dulzura en mi mirada,
abres brechas en mi mente, y en mi mente te agazapas.
Fuego lento, de delirio, combate mortal que no acaba…
Siempre espero, juego limpio, te daré lo que me dabas.


martes, 6 de diciembre de 2011

TU VENENO

Imaginando, que tu estuvieras, siempre a mi lado, siempre a mi vera.
Acuerdo de noche, es larga la espera, quiero quererte y que tu me quieras.
Veo en mis sueños tu alma entera, vengo a tenerte, y que tú me tengas.

En mi sangre hay restos de nuestros días, hay tristezas, pero hay alegrías.
Siento un enjambre en el alma mía, son pensamientos que se deslían.
Como me gustas, por tus manías, siempre me llenas y me vacías.

A lo lejos, en adelante, veo el futuro, miro el presente.
No nos parecemos al resto de la gente, tu eres un río, yo tu vertiente.
Deja que me lleve la corriente, que me trasporte hasta que te encuentre.

Peligroso veneno que siempre espero, lacerante piel, ardiente deseo.
Fuego que quema, arde por dentro, que me desata al verte sereno.
Me presto al llanto, al desenfreno, a la locura, de tu veneno.

lunes, 5 de diciembre de 2011

La marea

Cuando todo queda inundado, cuando sangran las heridas abiertas, cuando el sol se esconde…
Arrebatos que me flagelan, que me arrastran sin consciencia, que me deshacen y me desarman. La marea.
La que todo lo barre, la que lo anega todo, la que destruye… Y como el limo de un río en retirada, crea una nueva sensación. Como la marea.
Explosión de arena y sal, de agua que me aniquila, la misma agua que me da la vida, que me sacia, esa misma, me puede ahogar.
Pero ¿Qué pasa cuando se retira la marea? No lo sé. Si el corazón está pertrechado, si el amor es fuerte, si los lazos son de un cáñamo indestructible, tal vez se salve algo. Pero ¿y si no? Si el corazón es frágil, si el amor es delicado, si los lazos son de fina seda… Entonces nada queda.
Cada marejada es como un envite que me lleva a la locura, cada ola en mi armadura, la sal entre mis costados, la humedad en la malla fina. Oxido a la razón y jaque al corazón. Pero la vida, ay la vida que me ha hecho hombre de cristal y no de hierro, pues el cristal es transparente y delicado, pero no se oxida. Así te espero, marea  mía, golpea fuerte que yo resisto.



viernes, 2 de diciembre de 2011

SE QUIEBRA



Se quiebra, como la luz cansada, como el candil que no alumbra, como la nada…
Todo aquello en lo que creíste, aquello por lo que luchaste y te arriesgaste, te arrastra.  Y la melancolía, la presión, la fuerza que ejerce la gravedad de la ansiedad lo inunda todo, te ciega, te espanta. Es el horror de haber vivido demasiado, de sentir por una vez la fuerza que nos mantiene unidos. Pero se separa…
Una vez tuviste, todo, lo abarcabas con tus brazos, lo podías palpar. Irreales ilusiones y cuentos vanos, historias sin final, o con finales escritos. Pasajes de un cuento rosa que de roja pasión se tornaron negros, como la esperanza que ya no es verde.
Y la inquietud, el deseo, la razón de abrir los ojos y saber que te esperan, que te ansían, que te inventan. Ya no está, ahora está helada la ilusión que con su calor derretía los glaciares; los torrentes helados del peligro que supone vivir dos historias paralelas; dos volcanes en erupción, uno arroja ceniza, el otro lava. Pero el magma lo destruye todo, lo devora, lo arrasa. La ceniza es más incómoda, se pega al cuerpo y lo cubre con su gris envoltura, pero es más benévola. La ceniza se lava, se escurre del cuerpo cuando tras la erupción la lluvia nos limpia el alma.
Yo no quiero la ceniza –me dices-, yo quiero la lava ardiente, la que quema, la que arrasa… Sí, es más potente, se siente desde las entrañas, pero las entrañas te arranca, se lleva tu corazón y lo devora en una llama que al final solo deja cenizas.
Cenizas tienes, cenizas has de tener, con ellas construye los ladrillos que te ayudaran a levantar de nuevo una torre tan alta que en el horizonte se perderá. Sé valiente y comienza a trocar las cenizas en argamasa, en la fuerza que una las piezas de una vida descompuesta, rota, sé valiente, vive, todo se pasa.

PARA AL.